Tú no lo entiendes. Y no te culpo, yo tampoco lo entiendo.
Se me quedaron pegadas todas tus mentiras, y no quieren irse, haciendo que mi corazón se rompa poquito a poco. Sé que lo sabes y me lanzas las palabras como si fueran bombas, ¿por qué?¿por qué lo haces?¿por qué me rompes (más)? Pasamos de todo a nada en un segundo y no lo entiendes, no entiendes que te necesito siempre a mi lado. (tampoco entiendes de que manera). No necesito que entiendas que mis lágrimas no se pareceran nunca al mar, ni que tu vienes a mi lado en cada amanecer, sin darte cuenta, no necesito que entiendas que no has destrozado Roma pero que tú eres la única persona que podría arreglar a una ciudad en ruinas.
¿Quien soy yo si no te tengo?
sábado, 8 de febrero de 2014
jueves, 6 de febrero de 2014
Fue un ocho, recuerdo como me dijeron que estaba loca.
Sigo
sin saber por que le he tenido tanto aprecio a esta fecha,ni porque mi
vida cambio tanto de un año a otro. Tampoco sé porque estoy escribiendo
esto, pero si se siente que más dará el resto (veis, a mi febrero me
pone cursi y no JAJAJA).
Recuerdo cómo me cambiaste y todo lo que hiciste para que yo hoy siga aquí, recuerdo tu manera de hacerme rabiar, de cabrearme, de hacerme abrir los ojos, pero si bien en el momento no me gustó, hoy te agradezco todas y cada una de las cosas que has hecho desde que entraste hasta que salgas de mi vida. Y me dá igual lo mucho que hayan cambiado las cosas, me da igual lo que sintiesemos en su momento y que ahora casi ni hablemos. Tenia que darte las gracias por todo, por como me enseñaste que la vida no es como yo creía y aun que sea una niña me hiciste abrir los ojos, pero al mismo tiempo me enseñaste a reirme de la vida y a reirme contigo. Tú no me debes nada, es más, no creo que te acuerdes ni de mi nombre. Pero fue la manera en la que me hacias feliz sin darte cuenta, fue la manera en la que me destrozabas en cuestión de segundos y luego volvias a hacerme feliz, fueron tus avisos (o yo los considero así) los que me salvaron de muchas, los que me hicieron ver las cosas a tú manera. A ti debo que cada día creyese en mi un poquito más, cada día. Y todo lo que me comprendiste, todo lo que hiciste, todo. No sé que hubiese sido de mí si tú, la tarde del ocho de febrero del 2013 no me hubieses cojido mi gorro, y no nos pasasemos la tarde jugando como niños. Fue un viernes, era carnaval. Tambien me acuerdo lo mucho que brillaron tus ojos verdes cuando nos vimos. Es estúpido que despues de diez años a tu lado me dé de cuenta ahora de que merecias la pena, pero ya es tarde.
En realidad, es ridículo que te escriba esto a ti. Porque me hiciste pasarlo mal muchas veces, pero si ahora pienso creo que no, creo que fui tonta y que si vuelvo al pasado me hubiese encantado decirte lo mucho que te quería en su momento. Y un verano bastó para alejarme de ti, un verano bastó para perderte (o algo así), y que podría escribirte mil lineas más pero todo se resumiria en que te debo todo y, que te echo de menos. Procuraré no llorar, pero no te prometo nada (porque ya ves como acabaron nuestras promesas).
Y como sé que tú odias estas cosas tanto como yo, mejor lo dejo aqui y que le jodan (como tú solías decirme). Espero que algún día pueda recordarte todo esto y darte las gracias, que podamos reirnos un rato y volver ser los de siempre.
(y recuerda que amigos para siempre, pase lo que pase)
Recuerdo cómo me cambiaste y todo lo que hiciste para que yo hoy siga aquí, recuerdo tu manera de hacerme rabiar, de cabrearme, de hacerme abrir los ojos, pero si bien en el momento no me gustó, hoy te agradezco todas y cada una de las cosas que has hecho desde que entraste hasta que salgas de mi vida. Y me dá igual lo mucho que hayan cambiado las cosas, me da igual lo que sintiesemos en su momento y que ahora casi ni hablemos. Tenia que darte las gracias por todo, por como me enseñaste que la vida no es como yo creía y aun que sea una niña me hiciste abrir los ojos, pero al mismo tiempo me enseñaste a reirme de la vida y a reirme contigo. Tú no me debes nada, es más, no creo que te acuerdes ni de mi nombre. Pero fue la manera en la que me hacias feliz sin darte cuenta, fue la manera en la que me destrozabas en cuestión de segundos y luego volvias a hacerme feliz, fueron tus avisos (o yo los considero así) los que me salvaron de muchas, los que me hicieron ver las cosas a tú manera. A ti debo que cada día creyese en mi un poquito más, cada día. Y todo lo que me comprendiste, todo lo que hiciste, todo. No sé que hubiese sido de mí si tú, la tarde del ocho de febrero del 2013 no me hubieses cojido mi gorro, y no nos pasasemos la tarde jugando como niños. Fue un viernes, era carnaval. Tambien me acuerdo lo mucho que brillaron tus ojos verdes cuando nos vimos. Es estúpido que despues de diez años a tu lado me dé de cuenta ahora de que merecias la pena, pero ya es tarde.
En realidad, es ridículo que te escriba esto a ti. Porque me hiciste pasarlo mal muchas veces, pero si ahora pienso creo que no, creo que fui tonta y que si vuelvo al pasado me hubiese encantado decirte lo mucho que te quería en su momento. Y un verano bastó para alejarme de ti, un verano bastó para perderte (o algo así), y que podría escribirte mil lineas más pero todo se resumiria en que te debo todo y, que te echo de menos. Procuraré no llorar, pero no te prometo nada (porque ya ves como acabaron nuestras promesas).
Y como sé que tú odias estas cosas tanto como yo, mejor lo dejo aqui y que le jodan (como tú solías decirme). Espero que algún día pueda recordarte todo esto y darte las gracias, que podamos reirnos un rato y volver ser los de siempre.
(y recuerda que amigos para siempre, pase lo que pase)
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